La apertura de la Bolsa de Nueva York estuvo precedida por la publicación de las peticiones iniciales de subsidio por desempleo en Estados Unidos , que esta semana registraron un incremento de 25.000 solicitudes, hasta las 471.000. Una subida contra pronóstico -los analistas habían previsto que quedaran en 440.000-, que representa un importante retroceso frente al dato revisado de 446.000 en la semana anterior y que, además, rescata las incógnitas sobre la mejoría de la economía en el horizonte próximo.
El dato propinaba, asimismo, un duro golpe anímico sobre los inversores, que se decantaron por las ventas desde primera hora. Además, según avanzaba la sesión, las caídas fueron a más, inducidas en esa corriente bajista por el índice de indicadores económicos anticipados de Estados Unidos. Éste cayó en abril un 0,1%, respecto al alza revisada del 1,3% en marzo.
Al igual que con las peticiones de paro, el resultado de este índice del Conference Board de Nueva York -que recoge las perspectivas para los próximos tres a seis meses- sorprendía a los expertos, ya que se esperaba una subida del 0,2%. Y lo peor, atraía las alarmas sobre una posible ralentización de la recuperación económica. Basándose en este dato, la expansión económica podría desacelerarse en el segundo semestre del año.
Ambas referencias echaron más leña al fuego, ya avivado por la zona euro, donde los interrogantes alrededor de la divisa están escribiendo un nuevo capítulo de volatilidad en las principales plazas. El coto sobre las operaciones especulativas que podría imponer Europa -Alemania ya las ha prohibido- y las divergencias sobre cómo afrontar la crisis continúan agitando los mercados.
Por otra parte, este jueves también fue publicado el índice del Banco de la Reserva Federal de Philadelphia , que aumentó a 21,4 puntos durante mayo desde los 20,2 de abril. Esta cifra manifiesta que la actividad manufacturera en la región norteamericana de Philadelphia creció en mayo por noveno mes consecutivo.
Los bancos, en el punto de mira
Después de que el Senado norteamericano rechazara anoche -por 57 votos contra 42- el debate sobre la reforma bancaria, el sector financiero atraía esta jornada toda la atención.
Poco antes del cierre del mercado, se sabía que la reforma de la regulación financiera -que lleva más de un año negociándose-, podría estar cerca de aprobarse. La Cámara Alta acaba de decidir, por mayoría, concluir el debate y la presentación de enmiendas, y ahora se dispone a votar en pleno el texto de la reforma, según informa la corresponsal de Cinco Días en Nueva York, Ana B. Nieto.
El valor más castigado de los que están incluidos en el índice de referencia Dow Jones fue Bank of America, que perdió un 6,32%, convirtiéndose en el peor del día. Alcoa (-6,03%) y General Electric (-5,79%) cerraron el grupo de cola.
Dentro de este selectivo, el valor que mejor apuntó fue el de Hewlett-Packard, con un descenso del 2,23%; le acompañaron en este particular podio AT&T (-2,35%) y Merck (-2,45%).
Respecto a las materias primas, el barril de crudo de Texas se depreció hoy un 2,66% y cerró a 68,01 dólares, en una jornada en que persistió la inquietud.
Como nota pintoresca, señalar que hoy el acto de toque de campana se hizo desde el pabellón de Estados Unidos en la Exposición Universal de Shanghai (China), con más de cien representantes de empresas y del Departamento de Estado.
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