Estas pérdidas obedecen tanto a los efectos de la crisis volcánica como a un entorno adverso por la crisis económica, y se anunciarán en medio de una convocatoria de huelga por parte de sus tripulantes de cabina en protesta por los planes de reestructuración de la aerolínea.
Mientras tanto, British intenta parar en los tribunales las convocatorias de huelga y afronta negociaciones de última hora con sus TCP a través del servicio de mediación Acas.
Los analistas habrían previsto pérdidas para BA en una horquilla situada entre 550 y 620 millones de libras esterlinas (644 y 726 millones de euros) debido a un año "horrendo" empeorado con los costes de las previas acciones de huelga de los tripulantes y las pérdidas de la crisis de la ceniza.
Ayer, el secretario general de Unite, sindicato convocante de la huelga, Tony Woodley, acusó a Walsh de realizar acciones "vengativas y mezquinas" contra los miembros del sindicato a pesar de que se habría llegado a un acuerdo sobre los puntos clave de la negociación.
"Lo que el señor Walsh quiere hacer aquí es intimidarnos a la sumisión y ver humillados a nuestros miembros", aseveró. Mientras, desde BA insisten en que no han suspendido a nadie por ir a la huelga y dicen haber ofrecido el reestablecimiento de los beneficios de viaje a los tripulantes que acudieron a los paros.
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