Grifols ha invertido nueve millones de euros en la división de diagnóstico de sus fábricas de Australia y Suiza, con el objetivos de potenciar esta área de negocio, según ha informado hoy el grupo fabricante de hemoderivados.
Grifols acaba de inaugurar en Düdinguen (Suiza) una nueva planta para la producción de tarjetas destinadas a la determinación rápida de grupos sanguíneos y ha automatizado y ampliado las líneas de producción ya existentes de dichas tarjetas en la antigua planta de Suiza.
Además, se han instalado dos nuevas líneas de producción de tarjetas de reactivos para diagnóstico de grupo sanguíneo rápido en Melbourne (Australia).
Estas inversiones complementan las ya realizadas en el año 2009, cuando Grifols compró un grupo australiano suizo de diagnóstico, cuya filial suiza estaba desarrollando una nueva tecnología en tarjeta de tipaje sanguíneo.
El aumento de la producción de ambas tarjetas supone una mayor disponibilidad de productos para los mercados que ya las consumen, así como en su progresiva introducción en aquellos países donde Grifols tiene ventas consolidadas de otras gamas de producto.
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