El Grupo Iberia registró unas pérdidas netas de 273 millones de euros en uno de los ejercicios más difíciles de su historia. Los ingresos de explotación disminuyeron un 19,1% debido, fundamentalmente, al fuerte deterioro de los ingresos de transporte (pasaje y carga), como consecuencia de la caída generalizada de la demanda, mayor en el segmento de pasajeros de negocios. El ingreso unitario cayó un 14,3%.
Tras un ajuste de oferta del 6% para adaptarse a la demanda, el coeficiente de ocupación alcanzó el 79,8% ligeramente inferior al del año pasado
Los costes de explotación se redujeron un 11,9%, ayudados por la importante bajada de la factura de combustible. El resto de los gastos también disminuyó debido al ajuste de actividad y a las iniciativas de ahorro puestas en marcha en el marco del Plan de Contingencia. El coste unitario bajó un 6,3%.
La plantilla media se redujo un 4,2% y la flota operativa disminuyó en 10 aviones. La productividad del personal (medida en AKO por empleado) empeoró un 1,8%, mientras que la utilización diaria de la flota (medida en horas bloque por avión) mejoró un 3,7% hasta alcanzar 10,3 horas diarias.
Al finalizar el ejercicio, el balance de situación consolidado refleja la sólida posición financiera que mantiene la compañía, con un patrimonio neto de 1.551 millones de euros y con un saldo de disponible de 1.919 millones de euros.
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