Una de estas operaciones fue la compraventa y posterior anulación de una de las fincas que La Seda tenía en el municipio de El Prat (Barcelona), donde está ubicada su fábrica principal. El 28 de junio del año 2005, según figura en el registro de la propiedad de El Prat al que ha tenido acceso elEconomista, José Luis Morlanes y Esteve Español Navarro, a los que La Seda había otorgado poderes, vendieron la finca 35.350 a la sociedad Domus Castelae por 10,2 millones de euros.
Sin embargo, la compraventa estaba condicionada a que el Ayuntamiento de El Prat aceptase su recalificación y, por ese motivo, Domus sólo abonó en metálico 4,04 millones más 647.000 euros. El resto del pago está condicionado a la obtención de la recalificación antes de junio de 2007. Domus se reservaba el derecho de retrotraer la operación si no se logra la recalificación.
Ni rastro de la venta
Aunque la operación se inscribió en el registro en julio de 2005 y los 4,68 millones se cobraron en efectivo, La Seda no dio de baja esa finca o, al menos, no la declaró en la memoria consolidada de 2005, ya que en la cuenta de terrenos y construcciones no figura ningún movimiento con esas cantidades. Tampoco está registrado ningún ingreso en el estado de flujos de efectivo por la venta realizada.
La policía judicial investiga la desaparición de esos 4,69 millones, ya que en 2006, al no conseguirse la recalificación, Domus denunció el contrato y exigió el reembolso de los 4,69 millones abonados más otros dos millones de indemnización que tenía pactado. Ese importe, 6,69 millones, sí que fue abonado por La Seda, que lo registró en la cuenta de deudores venta terrenos. En la memoria de 2008, La Seda decidió deteriorar ese saldo y contabilizar esos 6,69 millones como pérdidas.
La operación forma parte de la investigación que realiza la Fiscalía de Delitos Económicos. La plataforma de accionistas Unidos por la Seda acusa a Morlanes y al hermano de Español de "quedarse con el importe inicial de la venta".
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