SOS PREMIA A SUS DIRECTIVOS POR PERMANECER EN LA EMPRESA.

El grupo SOS está dispuesto a premiar al máximo a su nuevo equipo directivo pese a haber perdido en el último ejercicio 177 millones de euros y estar negociando con la banca acreedora refinanciar deuda por más de 1.300 millones. La empresa ha aprobado el pago al equipo directivo de un bonus extraordinario por un importe de 700.000 euros en concepto de permanencia, según las cuentas a las que ha tenido acceso este periódico.

Lo llamativo es que el consejero delegado, José Manuel Muriel, fichó en mayo; el director económico-financiero, Carlos Redondo, y el director general, Sergio de Horna, llegaron en septiembre; y la directora de auditoría, María Luisa Jordá, llegó a principios de diciembre. De acuerdo con las fuentes consultadas, la retribución asignada al consejero delegado por este concepto asciende así, tras siete meses de trabajo, a 150.000 euros.

Pero este incremento de la nómina no es un asunto único de Muriel. El consejo de administración de la compañía ganó el año pasado 3,23 millones de euros, casi el doble que en 2008. La retribución fija se incrementó un 26 por ciento, hasta 1,24 millones, y su variable se multiplicó por siete, hasta 758.000 euros.

Situación complicada

El problema es que los aumentos se producen después de que en los dos últimos ejercicios los números rojos hayan alcanzado ya los 370 millones, se haya puesto en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afecta a toda la plantilla, la empresa esté perdiendo cuota de mercado tanto en España como en el resto del mundo y su viabilidad dependa de que logre o no alcanzar un acuerdo de refinanciación con la banca.

SOS explica, sin embargo, que dada la complicada situación en la que se encuentra la empresa, no queda más remedio que fichar a los mejores directivos para sacarla adelante. "Si queremos contar con ejecutivos de primer nivel, hay que retribuirlo. El bonus de permanencia se abona en ese mismo sentido, para cumplir unos objetivos", asegura un portavoz de la compañía.

Por su parte, la compañía mantiene en la actualidad distintos compromisos de cobro que superan los 37 millones de euros. En concreto, se trata de una deuda relacionada con la venta de una planta industrial en la localidad de Pilas (Sevilla) que asciende a 10,15 millones y otra operación de venta de unos terrenos en México a Arve Investment, sociedad vinculada a Jesús Salazar, por 3,89 millones de euros. El resto del saldo deudor está relacionado con varios clientes en España, México e Italia, que deben al grupo SOS algo más de 23 millones.

La compañía ha provisionado además alrededor de otros 7 millones de euros por costes de reestructuración de plantilla en estos tres países. En principio, y a falta de que se apruebe el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que afecta a todos los trabajadores en España, estos costes obedecen a las indemnizaciones que se han pagado tras varios despidos. Algunos antiguos directivos en España han demandado a la empresa, consiguiendo que los tribunales le dieran la razón por despido improcedente.

Necesidad de liquidez

En lo que se refiere a la gestión diaria, la compañía sigue a vueltas con la refinanciación de su deuda, que supera los 1.300 millones de euros. En los últimos días, los directivos de SOS intentan estirar el vencimiento del primer plazo hasta el próximo 31 de mayo. Pese a las informaciones que apuntan a que este acuerdo ya se habría alcanzado, lo cierto es que la compañía todavía no ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el supuesto beneplácito de la banca.

Eso sí, el equipo directivo ha cerrado ya la primera de las desinversiones: el negocio estrella del ex presidente Jesús Salazar y origen del presunto desvío de fondos que ahora está siendo investigado por la Audiencia Nacional.

En concreto, el grupo SOS se ha embolsado un total de 91 millones de euros por la venta a uno de los principales proveedores de Mercadona del Proyecto Tierra, consistente en 5.000 hectáreas de olivar superintensivo localizadas en tierras portuguesas.